El mundo actual ha estrechado los límites de la familia, el grupo familiar se ha restringido en el número de hijos, las familias se han separado en diferentes rumbos, la inseguridad en aumento nos ha hecho más solitarios y el contacto social se ha visto limitado a pequeñas parcelas de confianza.

El niño de hoy invierte mucho tiempo en juegos electrónicos, televisión, ordenadores y la vida, en general, se ha hecho poco permisiva y con pocas oportunidades para la socialización en respuesta a la sobre protección y las cargas laborales de ambos padres.

Necesitamos la relajación ocasional de las normas y rutinas que controlan nuestro día a día, los eventos y celebraciones ayudan a romper esa estructura rígida, que afecta tanto a niños como a adultos.

Las celebraciones son una invaluable oportunidad de regocijo, de reencuentro, de integración de la familia y amigos, de distensión y ampliación del medio restringido donde se desenvuelve el niño: le amplia rápidamente el mundo que le rodea, le educa a través del juego, le expone a diferentes tradiciones, le ayuda a desarrollar nuevas habilidades sociales como la interacción con desconocidos, el manejo de la atención, las manifestaciones de cariño, halagos y regalos, manifestando respuestas de placer, felicidad y agradecimiento.

Para los padres la experiencia es muy placentera y renovadora puesto que reviven conocidas emociones y refresca viejas relaciones y amistades, además del placer que genera la felicidad relacionarse y acercarse a sus hijos. Los padres que celebran con sus hijos demuestran compromiso, presencia y el amor profesado, haciendo un alto en su vida para dedicarles el tiempo merecido en un ambiente de alegría y fantasía. Los padres comprometidos con sus hijos les dan seguridad y demuestran apego

Para el niño retraído una celebración por su cumpleaños es una oportunidad para desarrollar su confianza y sana autoestima al ser el centro de atención; para el extrovertido, una oportunidad única para pavonearse y ser la estrella. Hay oportunidades para todos

El escolar es probablemente el grupo que más disfruta de sus celebraciones, tiene consciencia de su ser y la ingenuidad propia de la edad, gran energía y una altísima capacidad de aprendizaje y reconocimiento de la presencia de nuevas personas en su entorno, adultos o niños de su edad.

Para el niño (y sus padres) la celebración comienza días a semanas antes del evento con la expectativa de la fecha que se acerca y de los preparativos y sorpresas que se le presentarán, este puede ser un período de semanas de gran excitación y contacto con su familia y amigos cercanos.

¡La Celebración! El día ha llegado, comienza muy temprano en el día con el fervor febril de los preparativos finalmente materializados, los adornos, las mesas con atractivos manteles, las mesas de postres, el pastel decorado; luego los juegos, el castillo hinchable, las animadoras, la música, los actores, el colorido, se desata el colorido de la explosión de todo ello que fue planificado. Los profesionales hacen su trabajo, atienden al agasajado, le colman de atenciones y le mantienen como el centro de atención integrándolo en todo momento con sus invitados en la magia y la fantasía del motivo del evento. Los padres son héroes! Se gestan emociones y recuerdos duraderos en persona, fotos y videos.

Animación infantil en valencia

El efecto post celebración genera excitación y alegría días y semanas después del evento, de manera que las memorias continúan más allá del evento reviviendo las emociones.

Queridos Padres, por qué celebrar a tus hijos?

Las celebraciones ofrecen alivio intermitente a la rutina restrictiva.

Las celebraciones por cumpleaños, festividades y comuniones enriquecen las experiencias de los niños.

Las celebraciones crean una amplia variedad de oportunidades para que los niños expandan sus habilidades sociales.

Los regalos estimulan los vínculos afectivos y promueven el agradecimiento.

La interacción social promueve el desarrollo social y la salud mental, el trabajo en equipo, la creatividad, la sana competencia y el autoestima.

El carácter estimulante de la música, el colorido, los juegos, las luces, las risas, los aromas de los alimentos ejercen un efecto positivo sobre el humor (efecto antidepresivo).

El juego es una poderosa herramienta de aprendizaje con profundos efectos positivos para el niño.

Las celebraciones están inmersas en un aura de felicidad contagiosa fácil de percibir, copiar y ejercer.

Pensemos como niños, olvidemos al adulto lógico, rutinario y rígido, Celebremos por ellos y Celebremos por nosotros!

Dr Ricardo Gómez, ObsGin