Empecemos por decir que la fecha de expiración o caducidad de los medicamentos es un elemento relativamente arbitrario con muy poca relación con la pérdida de eficacia farmacológica (la actividad debe mantenerse por encima del 90% para considerarse eficiente) más allá de la fecha de expiración impresa en el producto. La evidencia sugiere que la mayor parte de los medicamentos (al menos el 90% de los medicamentos estudiados hasta 40 años después de la fecha de expiración) sellados y conservados en condiciones ideales de temperatura, iluminación y humedad, son estables; no perderán facultades farmacológicas ni terapéuticas y no se tornarán tóxicos (esto es prácticamente imposible) durante años o décadas.

La fecha de expiración refleja el periodo durante el cual el fabricante garantiza que el producto mantendrá su estabilidad, identidad, potencia, calidad y pureza siempre y cuando se almacene bajo las condiciones determinadas por él

Los intentos para legalizar e informar sobre la extensión de caducidad de muchos medicamentos (SLEP, Shelf Life Extension Program) han demostrado generar ahorro sustancial para los usuarios e instituciones, sin mencionar que pueden salvar vidas y aliviar dolencias en la vida rutinaria y en casos de emergencia, desastres naturales y ataques terroristas. El problema radica en que si no hay una legislación que apruebe su uso, en muchos casos podrían haber litigios civiles y penales por haber indicado o expendido medicamentos más allá de su fecha de caducidad, el paciente podría aducir que su condición no mejoró e incluso empeoró debido al uso de los mismos.

La situación es mucho mas sencilla si el medicamento ya se encuentra en poder del usuario y este tiene dudas sobre si puede, o no, usarlo. En este articulo haremos énfasis en esta condición: eliminar el temor del usuario a usar un medicamento vencido (almacenado en condiciones apropiadas) que tiene en su poder o que un tercero le está ofreciendo (o regalando) o verse en la necesidad de comprar un medicamento vencido ante la ausencia de otras opciones.

A diferencia de los alimentos que tienen una fecha que indica “Consumir antes de“, colocada voluntariamente por el fabricante, los medicamentos se rigen por leyes (desde 1979) en las que se obliga a los laboratorios a estampar en sus productos una “Fecha de Expiración” a partir de la cual el producto no puede venderse ni el usuario debería utilizarlo. En el caso de los alimentos esto es mucho más sencillo porque realmente muchos de ellos pierden rápidamente su frescura, sabor y propiedades alimenticias y podrían ser peligrosos para la salud por los efectos de descomposición y contaminación bacteriana que sufren en los anaqueles e incluso, en zonas refrigeradas, una vez que cumplen su tiempo de vida en anaquel sugerido por el fabricante.

Usualmente los medicamentos almacenados en ambientes de baja luminosidad y humedad mantienen sus propiedades farmacológicas durante mucho tiempo, especialmente si el empaque permanece con su sello intacto; los medicamentos abiertos o parcialmente utilizados representan un problema potencial ya que si la forma de presentación farmacéutica (jarabes, cápsulas, comprimidos, grageas) se ha expuesto a condiciones ambientales inadecuadas es posible que la estructura de su medio de administración y la seguridad de su uso se hayan perdido

Medicamento expirado sellado, ¿lo puedo usar?

Estas son algunas recomendaciones para el uso de medicamentos más allá de la fecha de expiración:

Tabletas y Comprimidos: forma, estructura, consistencia y color de la presentación intactas. Son las más comunes y las más duraderas

Cápsulas: son delicadas debido a que la gelatina que contiene el medicamento es muy sensible a la humedad y la luz. Deben mantener su forma y su color, y su contenido pulverizado, para ser consideradas en buenas condiciones.

Jarabes: muchas de estas soluciones podrían manifestar precipitación del azúcar que contienen y alterar la dosis del principio farmacológico por modificación de la concentración del solvente; además, podrían contaminarse una vez abiertos ya que algunas bacterias se desarrollan muy bien en medios dulces. La recomendación general es usarlos solo si no hay precipitación.

Polvo para Suspensión: usualmente precipitan una vez reconstituidas y casi todas son antibióticos pediátricos. El preparado en polvo puede permanecer en excelentes condiciones durante mucho tiempo, pasada la fecha de expiración, pero la solución reconstituida, aun bajo refrigeración, no debería usarse mas allá de los 30 días una vez preparada

Dr. Ricardo Gómez, ObsGin