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La Lactancia Materna (LM) es la alimentación ideal del Recién Nacido (RN) y el Infante; sin embargo, no todas las madres tienen la fortuna ni la capacidad de hacerlo por múltiples motivos: infección por HIV, producción insuficiente, enfermedades médicas crónicas, medicamentos contraindicados en la lactancia, terapia antineoplásica, anomalías congénitas mamarias y muerte materna.
Promovemos activamente la LM pero cuando esta no es posible debemos orientar a la nueva madre con respecto a las opciones existentes para cada período de los primeros días, meses y años de vida del bebé. En algunos ámbitos parece que se estuviesen satanizando las fórmulas infantiles pero lo cierto es que las leches para bebé son reflejo de avance científico, han salvado y seguirán salvando vidas, permiten la alimentación del recién nacido prematuro, son la base de la alimentación del lactante exclusivo en ausencia o contraindicación de la lactancia materna, complementan la lactancia materna cuando esta no logra satisfacer los requerimientos nutricionales del bebé, siguen siendo la base de la alimentación del bebé cuando se inicia su alimentación complementaria con alimentos no lácteos y sus fórmulas de continuación favorecen el crecimiento del lactante mayor, del preescolar y el escolar de manera segura y práctica.
Fisiología digestiva y nutricional del feto
La primera evidencia del tracto digestivo fetal se obtiene en la semana 11 mediante la visualización de su estómago (evidencia indiscutible de deglución fetal), en ese período los intestinos no son más que una masa amorfa sin estructura discernible, ecográficamente hablando. A partir de la semana 20, se comienzan a notar pequeños trayectos intestinales que cada vez se hacen más largos hasta llegar a apreciarse como largas estructuras tubulares con contenido mixto y móvil, el meconio. La madurez intestinal fetal ha llegado. Microscópicamente, el intestino fetal se parece al del adulto desde la semana 22 y a pesar de sufrir una serie de procesos de maduración, es incapaz de digerir alimentos como lo hace este último, tiene las herramientas pero no la madurez para ser usadas. El intestino fetal es capaz de digerir azucares pero su capacidad para digerir proteínas y grasas, proteínas y fibra nutricional es muy limitada o ausente (estudios en aislados intestinales fetales), elemento importante para entender las limitaciones de alimentación del Recién Nacido.
Fisiología digestiva y nutricional del Neonato
Así nacemos, con las estructuras disponibles pero con función limitada.
Los intestinos, el sistema hepatobiliar y el páncreas del neonato son inmaduros e incapaces de digerir una gran cantidad de alimentos complejos. Estas limitaciones funcionales del RN explican la necesidad de una alimentación muy limitada y especializada durante los primeros días y semanas de vida.
A medida que la edad del bebé avanza así lo harán los mecanismos digestivos que se integrarán en un armónico y complejo sistema digestivo funcional que le permitirá la diversificación nutricional a medida que envejece. Es por esto que su dieta va cambiando a medida que aumentan los requerimientos calóricos hasta llegar a la dieta omnívora típica del adulto.
El término lactante, mundialmente aceptado, se refiere al niño menor de 2 años cuya dieta elemental se basa casi exclusivamente en la ingesta de leche. En ausencia de leche materna el lactante debe alimentarse con leche, ¿pero cual es la fuente segura de leche humana para el lactante? No la hay, pero se puede usar la leche de origen vacuno, la leche de vaca. Pero surgen otros problemas, la leche de vaca no es adecuada para un bebé humano debido a que sus componentes impondrían una carga digestiva (y renal) casi imposible de realizar, se presentarían reflujo, nauseas, vómitos y diarrea; en algunos casos, la muerte.
Así pues, en nuestros tiempos hemos aprendido a procesar la leche animal (y usar otras fuentes vegetales y animales) para satisfacer las necesidades del bebé en crecimiento.
De la Leche Maternizada a la Fórmula Infantil
Cuando una madre no podía alimentar a su bebé se recurría a la leche de otras mujeres (nodrizas) y de algunas especies de animales de corral, especialmente de vaca y cabra. La mortalidad infantil era muy alta cuando se alimentaba a los Recién Nacidos con leche animal debido a que la leche es especie-específica y el bebé humano es incapaz de tolerar la alta concentración y la complejidad de los nutrientes de la leche de otras especies. El uso de leche no Pasteurizada se asociaba, además, a enfermedades infectocontagiosas.
La Maternización de la leche era un proceso, casero o comercial, muy básico para diluir y modificar parcialmente la leche animal para hacerla parecer, en grandes rasgos, a la leche materna. La leche, comúnmente de vaca, era diluida con agua en ciertas proporciones, se desgrasaba y se le agregaba azúcar para aumentar su contenido calórico. Otra forma popular de Maternización de la leche era diluir la leche condensada. Debido a que la leche Materna no tiene sustituto perfecto se decidió proscribir del lenguaje médico los términos de leche Maternizada y Humanizada.
La Lactancia Artificial engloba todos los esquemas de alimentación del RN a base de leche o preparados no lácteos diferentes a la lactancia materna, pero esta terminología debe ser abandonada por cuanto sus elementos son naturales y puede generar confusión y suspicacias.
El término aprobado es Fórmula Infantil, que engloba presentaciones lácteas a partir de leche de vaca (y cabra) y no-lácteas a base de soya o hidrolizados proteicos (que técnicamente no se pueden llamar leche) que cumplen con los requerimientos para alimentar adecuadamente al neonato y al lactante. Si la línea de productos es hecha a base de leche de vaca se acepta el uso del término Leches Infantiles
Leches y Fórmulas Infantiles (FI)
En nuestros tiempos las leches y formulaciones infantiles siguen un estricto proceso de fabricación y control de calidad para garantizar su seguridad y la mejor alimentación posible del bebé en ausencia de la Lactancia Materna y, aun cuando nunca se podrán copiar perfectamente sus bondades, la experiencia de muchos de los fabricantes actuales te permite elegir la mejor leche para tu caso particular y seguir la progresión de etapas (preparaciones secuenciales) que ofrecen para tu bebé. A diferencia de la leche materna, se les puede fortificar o suplementar con vitaminas (especialmente D), aminoácidos esenciales, minerales (Hierro y Calcio), ácidos grasos de cadena larga y probióticos lo que añade beneficios al lactante y compensa algunas de las carencias de la leche materna.
Además, en las preparaciones de bebés más grandes, infantes y preescolares pueden incluir cereales y otros macronutrientes para complementar, fácilmente, su dieta de manera saludable.
Leches o Fórmulas de Inicio, 0 a 6 meses: son los productos más críticos en la alimentación del Recién Nacido y se indican durante el período de mayores cuidados y precauciones nutricionales del bebé por su inmadurez digestiva y susceptibilidad a complicaciones. Cubren todos los requerimientos energéticos y nutricionales del bebé aun cuando no se inicien otros alimentos.
Leches o Fórmulas de Continuación, 6 a 12 meses: su formulación es muy parecida a las del lactante menor de 6 meses pero contienen mayor cantidad de ciertos nutrientes, especialmente proteínas, grasas y vitaminas, aportan parcialmente las calorías y nutrientes necesarios del bebé ya que para este período se han estado incluyendo otros alimentos que proveen los requerimientos diarios faltantes a través de la alimentación complementaria.
Leches o Fórmulas de Crecimiento, 12 a 36 meses: son variantes de las fórmulas de continuación diseñadas para proveer un suplemento saludable a la dieta del lactante menor y del preescolar. Son formulaciones de presentación variable a las que se le añaden cereales y otros alimentos en empaques de fácil consumo por parte del lactante.
Leches y Fórmulas Especializadas: son un grupo de preparaciones diseñadas para tratar o paliar problemas nutricionales específicos, pueden ser lácteos o no. Las más conocidas son las preparaciones para prematuros, deslactosadas, antireflujo, antialérgicas, a base de soya y de proteínas hidrolizadas.
Antes de dar Fórmula al bebé
La Organización Mundial de la Salud (OMS), el Comité de Nutrición de la Sociedad Europea de Pediatría, Gastroenterología, Hepatología y Nutrición (Espghan) y la Academia Americana de Pediatría (AAP) coinciden en que la “leche de vaca, entera, descremada o semidescremada, evaporad a o en cualquiera de sus presentaciones, la leche de cabra o la de cualquier otro animal no se recomiendan para la alimentación de los lactantes”
La Leche Materna es el mejor alimento para el bebé, las ventajas son innumerables e incluyen: facilidad y practicidad, seguridad, composición adecuada, modificación espontánea de su composición a medida que avanza la edad del bebé, prevención de enfermedades infecciosas por contaminación en su preparación y administración (no requiere preparación ni esterilización de envases), única fuente de factores inmunes, colonización bacteriana adecuada del intestino neonatal, etc.
La introducción de biberones (teteros) antes de que el Recién Nacido tenga la suficiente habilidad para lactar puede inhibir la producción de leche materna y evitar que el bebe succione la mama a futuro ya que el biberón ofrece menos resistencia a la succión y requiere menos esfuerzo
El uso de fórmulas debe incluir la evaluación de los costos del producto y de todos los utensilios necesarios para una preparación segura y correcta para evitar problemas de salud del lactante, especialmente en lo relacionado a infecciones e intolerancia alimentaria