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La presencia del VPH no debe ser una carga de preocupación para la mujer embarazada. Es una infección muy frecuente, benigna y sin impacto sobre el embarazo ni el feto que no conduce a complicaciones reproductivas
Las lesiones producidas por el VPH durante el embarazo son exactamente iguales (Condiloma acuminado, verruga genital y Lesión Subclínica, displasia cervical) a las que se producen fuera de él. No hay distinción alguna si la infección se adquiere antes, durante o después del embarazo.
La presencia del VPH en el área genital femenina no afecta directamente el embarazo, no genera complicaciones como el parto prematuro ni causa malformaciones fetales.
La presencia del VPH en los genitales femeninos, en cualquiera de sus formas, no contraindica el embarazo ni afecta el futuro reproductivo de la mujer.
El embarazo limita el uso de ciertos esquemas de tratamiento propuestos para la infección por VPH.
No hay tratamiento anti-viral específico contra el VPH: indicar aciclovir para el VPH sugiere ignorancia supina por parte del médico.
¿Cómo se verá afectado mi embarazo?
En ninguna de sus dos formas, condilomatosis o displasia cervical, el VPH afecta directamente la normal progresión de tu embarazo ni la buena salud de tu bebé. Puedes estar totalmente tranquila
No hay relación directa entre la infección por VPH y la normal evolución del embarazo y la salud fetal, los datos recientes descartan complicaciones maternofetales como infertilidad, parto prematuro, trastornos del crecimiento fetal o malformaciones fetales.
En el caso de la patología cervical por VPH parece que la progresión de la infección hacia estadios premalignos es muy infrecuente, y en nuestra experiencia nunca hemos tenido progresiones rápidas de la infección por VPH simple a formas displásicas como NICs y las pacientes con NICs no han progresado a cambios malignos.
En el caso de la patología condilomatosa de tracto genital y genitales externos hemos visto que la enfermedad se podría exacerbar durante los dos primeros tercios del embarazo (en algunas pacientes) pero casi invariablemente las lesiones desaparecieron por completo semanas antes del parto. En algunos casos las lesiones fueron tan extensas que se suspendió todo tipo de tratamiento de control de las verrugas y cuando nos habíamos dado por vencidos las lesiones desaparecieron espontáneamente en cuestión de días a unas pocas semanas. Las verrugas pueden llegar a molestar mucho por el roce y el contacto con la ropa, además, algunas se pueden infectar y generar problemas locales con dolor, supuración e infección cutánea tipo celulitis
En el caso de tu bebé puedes estar tranquila ya que se sabe que el VPH no afecta al feto
¿Cuál es el manejo de la infección durante el embarazo?
Cervical: si el VPH solo esta presente en el cuello uterino sin generar cambios premalignos lo único que se requiere es evaluar mediante citología y/o colposcopia la evolución de la infección cada 3 meses durante el embarazo y luego de unos 3 a 4 meses después del parto. Si hay displasia y esta es de grado severo (NIC 3) podría indicarse un procedimiento ablativo como la resección con asa diatérmica teniendo el cuidado de recordar que durante el embarazo el cuello uterino sangra abundantemente de manera que recomendamos que el procedimiento sea llevado a cabo en quirófano y con la experticia y los equipos idóneos. Esto último es poco frecuente y la mayor parte de las pacientes infectadas con VPH solo requerirán vigilancia conservadora
Condilomatosis: cuando hay condilomas vulvovaginales se puede recomendar el uso de sustancias causticas que localmente aplicadas controlan el numero y tamaño de las lesiones. Se discute mucho si estas lesiones deben tratarse durante el embarazo pero muchas pacientes así lo desean debido a las molestias que sufren por el roce, por sangramiento de algunas de ellas o por infección secundaria. Particularmente yo trato las lesiones visibles para bajar la carga viral y limitar los focos de auto inoculación viral. Debemos recordar que durante el embarazo las lesiones se extienden de manera alarmante en algunas pacientes (debido a la inmunosupresión celular propia del embarazo normal) y que se logra poco con la terapia local; no se debe olvidar que en la mayor parte de las pacientes las lesiones tenderán a desaparecer espontáneamente a medida que nos acercamos al final del embarazo. No se pueden usar sustancias como la podofilina, 5-fluoracilo ni el imiquimod. Evitamos electrocauterización o cualquier otro procedimiento invasivo que pudiera dejar marcas en la región vulvar; además, la respuesta puede ser frustrante ya que la paciente cree que el procedimiento la curará y las lesiones podrían reaparecer y generar mayor preocupación. Lo cierto es que ser conservadores y explicar estos detalles a las pacientes afectadas nos ha funcionado muy bien. Nuevamente, pedimos paciencia, tranquilidad y cordura a las pacientes afectadas.
VPH: ¿parto o cesárea?
El VPH, aun los genotipos oncogénicos, no es contraindicación para el parto vaginal. Aunque el bebé está expuesto al virus durante su paso por el canal del parto el riesgo de infección manifiesta es tan bajo que las autoridades en VPH no consideran que la cesárea deba ser practicada por la presencia del virus sino por las razones obstétricas apropiadas; se cree que el recién nacido tiene anticuerpos que le protegen del virus y eso explicaría la baja tasa de complicaciones neonatales por VPH cuando consideramos la gran cantidad de pacientes que paren a sus hijos por vía vaginal en presencia del virus
La condición mas seria que puede presentarse en el recién nacido infectado por VPH es la Condilomatosis Laríngea. Este cuadro se presenta con ronquera, tos y dificultad para la alimentación debido al crecimiento de condilomas en las cuerdas vocales que estrechan la luz de las vías respiratorias. Se sabe que las lesiones pueden aparecer hasta 3 años después del nacimiento por vía vaginal. El riesgo reportado de esta enfermedad es de 1:2000
Si las lesiones condilomatosas son muy extensas para el momento del parto preferimos practicar una cesárea ante el temor de que haya sangrado genital por disrupción del tejido enfermo y lógicamente para evitar el paso del bebé por una región con alta carga viral.
En muchos casos dejamos que sea la pareja la que tome la decisión de una cesárea debido a la presencia del VPH y el riesgo de la Papilomatosis Laríngea, condición que, aunque rara, es difícil de tratar y es altamente recurrente y con riesgo de cáncer laríngeo a futuro. En lo personal, creo firmemente que los bebés no son estadística así que, en presencia de VPH prefiero realizar una cesárea y no exponer a un ser inocente a un riesgo potencial si éste es evitable: el mundo es ya suficientemente hostil.
Manejo del VPH después del nacimiento
Después del nacimiento se espera a que los cambios propios del embarazo y post-parto tengan efecto para poder re-evaluar a la paciente. Esto se hace entre 6 y 12 semanas después del nacimiento del bebé. Se toma la citología y se practica una colposcopia y se toma una biopsia de tejido si es necesario.
Diagnóstico
La citología cervical es el método de despistaje de cáncer más económico, universal y sencillo que existe para cáncer alguno. Papanicolaou desarrolló y difundió la citología cervical en el mundo.
No hay contraindicación alguna para realizar una o más citologías durante el embarazo. El procedimiento no afecta al feto ni genera parto prematuro.
El embarazo no está exento de lesiones malignas o premalignas del cuello del útero, por ello debes practicarte una citología como parte de tu control prenatal.
El virus del VPH no afecta al feto ni la normal evolución del embarazo controlado.
La presencia del VPH en el canal del parto (cuello uterino, vagina y genitales externos) podria generar una infección laringea (condilomatosis laringea) en el recién nacido que aun cuando severa es bastante rara (1:2000).
VPH: Cuello uterino
No hay premura en tratar el VPH en el embarazo ya que en 9 meses no generará un cáncer.
Lesión subclínica, displasia cervical: El hallazgo citológico (PAP) de “cambios compatibles con infección por VPH” inicia el proceso de evaluación formal y minucioso del cuello uterino. Las pacientes no presentan síntoma alguno.
Durante el embarazo y antes de la semana 20 no se contraindican los procedimientos ablativos del cuello uterino (NIC2-3), sin embargo, recomendamos hacerlos en quirófano debido a que la tendencia al sangrado local es mayor.
Aún los casos avanzados (NICs) pueden esperar si el riesgo es mayor que el beneficio: las biopsias o los procedimientos excisionales sobre el cuello uterino de la embarazada tienden a sangrar profusamente, exponiendo a la madre a complicaciones hemorrágicas innecesarias y al feto a la prematuridad.
Después de la semana 20 no se practican procedimientos en el cuello debido a que la lesión no progresará a la malignidad en tan poco tiempo.